Mis manos están ahí, cuidando ese verde jardín, pero no tanto hoy en día que estas aquí, pero si a cada día es esta alfombra verde donde yo traía hasta mi tu imagen para aunque estuvieras por otras tierras, yo sentirte aquí junto a mí.
Un hombre maduro amara las estrías, las arrugas, la edad, la estatura, los defectos, los antojos, las celulitis, los días del mes, la libertad, sus ocurrencias, sus metas, ambiciones, y cada detalle que hace "prefecta" a una mujer. Nunca querrá cambiar nada de ella, simplemente la ayudara a crecer, ayudara a que tenga sed de ser mejor que ayer. Porque un hombre maduro no cambia un hombre maduro ayuda a crecer y evolucionar. Un hombre maduro te da alas, no te las corta, te da la mano cuando estás en el suelo, el hombro para que llores cuando ya no aguantes más, sus brazos cuando no te sientas segura, y su calor cuando sientas frío.
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